viernes, 9 de enero de 2009


Desde que Hamas ganara las elecciones en el territorio de la franja de Gaza, el estado de Israel ha sometido a esta región Palestina a un asedio y un bloque encarnizado que ya dura casi tres años, combinado con un embargo financiero por parte de EEUU, UE, Japón y Canadá. Esta situación ha puesto al millón y medio de habitantes de Gaza al borde de la hambruna, la tasa de pobreza ha pasado del 29% en 2004 hasta el 81% en 2008. Durante este tiempo el gobierno de Israel ha pretendido mermar las bases sociales del apoyo de Hamas a costa del sufrimiento y la muerte de miles de palestin@s, un objetivo que no solo no se ha cumplido sino que por el contrario ha propiciado un mayor apoyo social a Hamas. El pasado junio se llegó a una frágil tregua en la que Hamas se comprometía cese de las hostilidades, el final del contrabando de armas desde Egipto a Gaza y el compromiso de negociar la liberación del soldado Gilad Shalit, capturado en el verano de 2006. Mientras que Israel se comprometía únicamente a la apertura parcial de las fronteras de Gaza para permitir la entrada de ayuda humanitaria, de cuyo suministro depende al menos el 70% de los habitantes de Gaza.

A lo largo de los casi seis meses que ha durado la tregua, hemos asistido a una guerra de baja intensidad en la que el gobierno de Israel ha continuado con su chantaje inhumano, cortando e imposibilitando el avituallamiento de los servicios básicos de alimentos y medicinas causando innumerables muertos entre la población civil. El pasado sábado 27 de diciembre Israel iniciaba una terrible ofensiva aérea contra Gaza que ha conllevado la muerte de unas 460 personas y que ha provocado más de 2400 heridos, la mayoría de los cuales se encuentran en estado muy crítico, un ataque inhumano que se suma al drama de no tener ni siquiera las medicinas y el material medico necesario para ser atendidos, y la negativa de dejar entrar en Gaza a los servicios de la Cruz Roja Internacional. Este pasado sábado 3 de enero el ejército israelí ha dado una nueva vuelta de tuerca en su ofensiva militar iniciando una ofensiva terrestre, que según las palabras del primer ministro Olmert se plantea larga y duradera.

La virulencia y las atrocidades de este ataque militar muestran una vez más la voluntad del gobierno de Israel de aplastar al pueblo palestino y su vulneración sistemática de los derechos humanos más elementales. Una estrategia militar que responde a las necesidades del juego político interno de Israel ante la inminencia de unas elecciones legislativas en ciernes, en donde la coalición en el poder no duda en masacrar a la población civil palestina en pro de sus intereses partidistas, los votos y las instituciones israelíes se vuelven, una vez mas, a teñir del color de la sangre Palestina.

Ante estos ataques, la pasividad de los gobiernos occidentales es inaceptable y pone de relieve su complicidad con la política israelí. Mientras que las cancillerías europeas intentan repartir la responsabilidad de la masacre a partes iguales entre el gobierno israelí y Hamas, validando la argumentación falaz de que el ataque responde al lanzamiento de cohetes por parte de los integrantes de Hamas. Por el contrario, el futuro presidente de los EEUU, Barack Obama, elude la responsabilidad de pronunciarse hasta la toma de posesión de su cargo, despejando las esperanzas que les podría quedar a algunos sobre su futura gestión. Por ultimo la ONU sigue siendo incapaz de tomar ninguna medida para hacer cumplir la legalidad internacional, atenazada por los juegos de poder de su consejo de seguridad. La única verdad que impera es que la ocupación sionista se ha prolongado por más de 50 años, durante los cuales, el pueblo que ha puesto los muertos, la destrucción de sus viviendas y obras de infraestructura, el constante acoso y represión ha sido el palestino.

Los cohetes de fabricación artesanal, que de ninguna manera tienen comparación con el despliegue atroz del ejército sionista, uno de los más poderosos del mundo, lo mismo que las manifestaciones callejeras y hasta los enfrentamientos de los jóvenes incluso niños palestinos utilizando piedras para enfrentar los tanques israelíes, son las herramientas de la digna resistencia del pueblo palestino contra el despojo de su territorio a manos del sionismo. Frente a las atrocidades cometidas en tierra Palestina, los gobiernos del mundo permanecen en silencio, atestiguando de manera cómplice este genocidio.

1 comentario:

kary dijo...

es increible lo que está pasando, y que nadie haga nada, claro no hay intereses por el medio!!!
Tengo un borrador a medias sobre el mismo tema, estos israelitas son la leche, han hecho un documental hoy desde el comienzo del problema, y anda que no tienen morro los israelíes.
estoy contigo